sábado, octubre 16, 2010

La mayoría de los visitantes de una web sólo leen entre 20% y 28% del texto de la página y que un 17% están menos de 4 segundos



¿Está tu web preparada para captar la atención de tu cliente?

¿Cómo lee la gente en Internet?



Resumen: los medios actuales (televisión, cine, videojuegos, Internet) y la abundancia de información han acostumbrado a nuestro cerebro a procesar información de forma rápida. Estudios demuestran que antes de invertir tiempo leyendo una página web escaneamos rápidamente su contenido para determinar si merece la pena la inversión de tiempo, sino pasamos a otra página en busca de nuestro objetivo. En este sentido nos comportamos como animales salvajes en busca de comida.

¿El tiempo transcurría más lento en los 80?

Hace unas semanas discutía con mis amigos sobre cómo películas de los 80 que en su momento nos apasionaron ahora nos parecen películas con un ritmo lento (discutíamos sobre Acorralado). Ahora consumimos anuncios de 5 segundos, hacemos zapping sobre multitud de canales, cada semana se estrenan varias películas, aparecen nuevos videojuegos y nuestras librerías rebosan de novedades. Esta claro que el ritmo de vida actual es mucho más rápido que en los 80, tan claro como que vivimos en un mundo con sobreabundancia de información.

¿Está Google haciéndonos más estúpidos?

Si el ritmo de la televisión o el cine nos parece rápido, en Internet la cosa ya es de locos. Cualquiera puede tener su propio blog y el ritmo de creación de nuevas webs no creo ni que se pueda calcular. Y gracias a Google, y a otros buscadores, toda esa información está siempre disponible y a pocos clics de distancia. A alguien de dos generaciones anteriores a la mía le pondría nervioso verme hacer zapping, pero si me viera navegar, simplemente no entendería qué está ocurriendo. Varios navegadores y programas abiertos funcionando en dos monitores, cada uno de los navegadores con multitud de pestañas abiertas, todo eso mientras suena música o tengo la televisión puesta. Nicholas Carr, en su artículo ¿Está Google hacíendonos más estúpidos? afirma que ahora le cuesta leer un libro durante horas, a las 2 o 3 páginas su cerebro ya le está pidiendo que busque nuevas fuentes de información diferentes. Y es que Internet, la televisión o el cine no sólo nos ofrecen información, sino que al mismo tiempo modelan nuestra forma de pensar y captar información.

Radiografía del cerebro de Homer Simpson

Un mundo de impacientes

Hace años hacia cola durante 15 o 20 minutos para ver una película en el cine. Ahora me parecería impensable. Puedo reservar mi entrada por Internet o en un cajero y ahorrarme largas colas.

Otro caso, hace poco buscaba información sobre intereses a plazo fijo. Recorrí las páginas webs de varios bancos, pero sólo en ING conseguí ver claramente la información que buscaba. En el resto ¿llamar por teléfono? ¿pasarme por una de sus oficinas? ¿para saber algo tan básico me hacen perder el tiempo? Acudí a una de esas entidades y antes de traspasar la puerta, ya estaba irritado, molesto. Mi paciencia se había acabado antes incluso de hablar con ellos (lo que me pareció la charla con el representante del banco lo dejaremos para otro post).

Me he vuelto impaciente y probablemente cada vez habrá más gente que se sienta como yo.

Entonces, ¿Cómo lee la gente en Internet?

Pues la primera sorpresa es que la gente no lee. La gente escanea la página rápidamente para determinar si merece la pena perder tiempo examinando ese contenido. Un estudio realizado por Jackob Nielsen con técnicas de eyetracking muestra que un internauta escanea la página leyendo sólo las primeras palabras de cada frase, empezando por arriba y perdiendo interés a media que baja. El patrón de lectura genera un forma parecida a una “F”.

Patrón de lectura en "F"

Para reforzar este estudio, otro estudio citado por Jackob Nielsen indica que la mayoría de los visitantes de una web sólo leen entre 20% y un 28% del texto de la página y que un 17% están menos de 4 segundos antes de pasar a otra página. Esto nos da una idea bastante clara del carácter inquieto del internauta.

¿Es lo que busco?

Desde el punto de vista del visitante lo primero que debe responder una web en los primeros segundos es ¿de qué va esta web? ¿qué me ofrece? El visitante necesita saber la fuente de información ¿es el New York Times? ¿o es un blog personal? la url, el diseño, el logo y el tagline son los factores más importantes para determinar rápidamente de qué web se trata. Una vez ha determinado la fuente necesita saber si ese contenido merece la pena, para eso escanea la página.

¿Es para gente como yo?

Para que el visitante profundice en el texto (¡y que incluso llegue a leerlo!) debe sentir que ese contenido está redactado para alguien como él, debe hablar de sus inquietudes, problemas y necesidades. A más correlación entre la audiencia y el contenido más posibilidades hay de que lo encuentre útil.

Imaginemos por un momento que soy un fabricante de brocas y decido redactar un contenido para explicar las bondades de mis productos. Si mi visitante es un minorista que quiere vender mis productos esperará que le hable de precios para minoristas, lugares y tiempo de de distribución, mientras que si es un albañil es posible que espere ver precios de venta al público, porqué son mejores que los de la competencia, etc. Y si el que nos visita es un maquetista de trenes esperará saber qué brocas de precisión tenemos para esta especialidad y dónde las puede comprar. Cómo es prácticamente imposible redactar un contenido que satisfaga a audiencias tan diferentes probablemente lo mejor que podría hacer el fabricante de brocas es redactar un contenido para cada audiencia. Si redacta un contenido neutro con la esperanza de capturar a todas las audiencias probablemente consiga que los minoristas, albañiles y maquetistas se vayan a buscar esa información a webs más especializadas en el tema que están interesados.

¿Se comportan los internautas como animales salvajes?

No es lo que busco, pero ¿contiene alguna pista para llegar a dónde quiero?
La teoría del rastreo de la información indica que los usuarios de Internet se comportan de la misma manera que un animal salvaje en busca de comida. Tienen un objetivo claro y empiezan su búsqueda buscando rastros de lo que necesitan. Cualquier rastro (enlace, texto, imagen) que les permita realizar un progreso hacia su objetivo será seguido, mientras que cualquier elemento que sea percibido como no relevante o molesto (anuncios no relevantes, contenidos que parecen una cosa pero son otra, andarse con rodeos…) es ignorada.

Así, que ya ves, el internauta es un animal impaciente que olfatea webs en busca de un objetivo, o le das lo que busca o seguirá el rastro hacia otras webs hasta encontrar su objetivo.

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